Con el nerviosismo de mi despedida el viernes pasado, se me olvidó dar las gracias públicamente otros dos regalos que recibí, además de los estupendos de mis compañeros y compañeras del Centro.
Mis colegas de Departamento, en la última reunión de este órgano -el jueves 9- me obsequiaron con un estupendo libro de arte cuya portada incluyo como imagen.
Mis también estimados alumnos y alumnas de 1º de Bachillerato, con los que tanto he compartido (5 años), me hicieron un magnífico regalo: un rap dedicado y cariñosos mensajes que igualmente incluyo como imagen.
Permitidme que me tome esta licencia de publicar cuestiones personales en la web del Instituto. Pero “nobleza obliga”. Y sigo a rajatabla el dicho de que “Es de bien nacidos el ser agradecidos”.