En nuestro instituto se llevó a cabo el 30 de enero, día de la Paz y no violencia, una lectura dramatizada de textos literarios a cargo de los profesores Nieves Acosta, Mª Jesús Monedero y Bernardo Ríos, que pusieron voz a un total de diecisiete poemas y fragmentos literarios de autores como los españoles Juana Castro, Mª Antonia García de León, Gloria Fuertes, Domingo Miras o Ángela Figuera Aymerich, además de Regina José Galindo (Guatemala), María Wine (Suecia), Rafeef Ziadah (poeta y activista palestina), Ada Aharoni (egipcia residente en Israel), Eduardo Galeano (Uruguay) o de los griegos Aristófanes y Semónides de Amorgos, entre otros.

La lectura me sorprendió muy gratamente. A mi parecer, es totalmente necesario que temas tan importantes como la igualdad de géneros se traten en un instituto y esta me pareció una muy buena forma de hacerlo. No fue la típica charla que se suele ofrecer en los centros educativos, en la que al final los alumnos acaban perdiendo la atención. Desde mi punto de vista, no fue una actuación nada aburrida, sino, por el contrario y lo más importante, instructiva.

En casi todos los textos, el papel de Bernardo Ríos era el de un hombre machista. Su personaje reflejaba la manera en la que siempre han visto y tratado a las mujeres, algunas veces como simples objetos y otras veces como personas, sí, pero con menos valor. En uno de los relatos, incluso se las llegaba a comparar con brujas y a los hombres con Dios.

Por otro lado, Nieves Acosta y Mª Jesús Monedero representaban a mujeres luchadoras, que hacen todo lo posible para hacer ver a la gente (sobre todo a los hombres) que no son menos por ser mujeres. El texto «Las tonalidades de la ira» denuncia una situación que se podría producir perfectamente hoy en día, algo que es bastante triste. Está protagonizado por una mujer embarazada de una niña, que no solo tiene que luchar para defender su género y el de su futura hija, sino también por el hecho de ser palestina, lo que significa una doble batalla.

Una de las cosas que más me ha gustado de los textos que se leyeron es que en la mayoría de ellos se daba un mensaje final de unión femenina. Ninguna mujer conseguirá nunca acabar con el machismo trabajando sola. Debemos tener claro que solo si nos apoyamos las unas a las otras podremos conseguir ganar esta guerra. Otra idea que me hizo reflexionar fue que no solo tiene la culpa el hombre que causa el mal, sino también todas las demás personas que son conscientes de ello y no hacen nada para remediarlo, ya que están permitiendo que todo siga igual.

La unión hace la fuerza, y para que las mujeres estén de una vez por todas al mismo nivel que el género masculino también hacen falta hombres, como por ejemplo Bernardo Ríos, que las ayuden. Para que la situación actual cambie, no podemos mantenernos callados cuando vemos situaciones como las que se describen en los textos que hemos escuchado. Hay que tomar cartas en el asunto y actuar.

Recomendaría sin duda que este tipo de lecturas dramatizadas se volviesen a organizar en el instituto, ya que al menos esta ha cumplido perfectamente con su función: inculcar  una idea muy importante en los jóvenes de hoy en día de una manera diferente y entretenida, que en ningún momento deja de captar nuestra atención.

Pilar Muñoz Barrera. 4º ESO C

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